Elitismo Espiritual – Las Trampas del Ego.
“Si crees que es más “espiritual” andar en bicicleta o utilizar el transporte público, está muy bien, pero si te descubres juzgando a todos los que conducen un auto, entonces estás en una trampa del ego.
Si crees que es más ‘espiritual’ dejar de ver la televisión por el daño que ésta hace, pero te descubres juzgando a todos aquellos que la ven, estás en una trampa del ego.
Si crees que es más “espiritual” evitar los chismes o los medios de comunicación, pero juzgas a aquellos que no lo hacen, estás en una trampa del ego.
https://harmonia.la/espiritu/5_trampas_del_ego_que_sabotean_tu_crecimiento_espiritual
1. Ser condescendiente. Algunas personas, incluso sin notarlo, comienzan a tratar al resto como si ellos fueran alguna especie de iluminados, simplemente porque su práctica espiritual les ha permitido conectar con áreas de sí mismos que desconocían. Si, por ejemplo, has empezado a meditar y te sientes muy bien, evita convertirte en un apóstol de la meditación. Puedes hablar de sus beneficios, pero hazlo sin tratar al resto como si sólo tú poseyeras la verdad.
2. Usar la espiritualidad para evitar hacerte responsable por tus decisiones. Decir, por ejemplo, que «todo pasa por algo» o que las cosas son justo como deberían ser porque el universo ya es perfecto, son dos discursos muy comunes en quienes se consideran a sí mismos espirituales, pero hay que tener cuidado y saber distinguir cuando estamos aceptando el presente y cuando sólo estamos evitando tomar responsabilidad (y acción) en ciertas cosas de nuestras vidas.
3. Juzgar a los demás o forzarte a empatizar con ellos. No es obligatorio que toda la gente te caiga bien o que de inmediato sientas una conexión con ellos, pero eso tampoco te da derecho a juzgarlos o a intentar aleccionarlos, así como tampoco es obligatorio (ni posible) lograr comprender los motivos de todos aquellos que te rodean: las personas no están obligadas a compartir tu visión del mundo, ni siquiera aunque creas que lo haces por su bien. Ni los prejuicios ni la empatía forzada le hacen bien a tu crecimiento espiritual.
4. Usar tu desarrollo espiritual como pretexto para consumir drogas. Es cierto que existen ciertas sustancias como el jícuri o la ayahuasca que, cuando se consumen correctamente, dentro de una ceremonia específicamente planeada para ello, pueden llegar a propiciarte un estado de comunición y crecimiento espiritual muy poderoso. No obstante, estas ceremonias no se realizan más de dos o tres veces al año (no cada fin de semana) y se requiere purificarse físicamente (no consumir carne ni alcohol, por ejemplo) antes de participar en una. La espiritualidad no es pretexto para drogarse.
5. Volverte dogmático. Una de las peores trampas de las búsquedas espirituales es que muchas veces los individuos las adoptan como un mandato que además intentan imponer a los demas. Rechazan todo lo mundano y creen que entre más «puro» sea su entorno más avanzarán en su desarrollo espiritual, cuando en realidad es todo lo contrario: la espiritualidad también se nutre de los errores y las contradicciones. No es un dogma.
Las trampas del ego que vetan nuestra libertad y crecimiento personal