Ejemplos de personas incomprendidas en la historia.
Por qué las personas rechazan ideas, algunas veces es por la atención selectiva.
The Moneky Business Illusion.
Atensión selectiva.
Hipatia.
Nicolas Coppernico.
Galileo Galilei.
Allan Touring
Steve Jobs.
Billy Beane, película – Money Ball – El juego de la Fortuna.
Secretariat.
John Forbes Nash, película – A beautiful Mind – Una mente brillante.
Henry Ford – le decía que era mala idea tener los autos.
Albert Einstein:
Stephen Hapkings.
The Theory of Everything (3/10) Movie CLIP – An Extraordinary Theory (2014) HD.
https://www.youtube.com/watch?v=xG4b0-DSLrI
Nicola Tesla.
OuttaTime 16 – Nikola Tesla NEWS, Proof Consciousness Effects Matter, Proof of Global Consciousness
Los 5 Genios ¿locos? más interesantes de la Historia
Jordan B. Peterson, profesor de Psicología de la Universidad de Toronto, publicó un estudio en el que relacionaba el estrecho margen que hay entre la locura y la genialidad, a pesar de que nunca se ha podido llegar a demostrar a ciencia cierta vínculo alguno entre “ser un genio” y “tener una conducta bipolar”.
A raíz de dicho informe, la web “How Stuff works?” ha publicado un Top con los que, a su parecer, son los 5 Genios locos más interesantes de la historia (Top 5 Mad Geniuses).
Como no me compite el decir si realmente los personajes de la lista estaban locos o no, me he permitido añadir unos interrogantes en el titulo de esta entrada. Lo que sí queda claro es que todos ellos han sido unos verdaderos genios en sus respectivos campos.
Empezando en orden inverso:
5- John Forbes Nash
(1928- )
Matemático estadounidense. Recibió el Premio Nobel de Economía de 1994 por sus aportes a la teoría de juegos y los procesos de negociación, junto con Reinhard Selten y John Harsanyi.
La vida de John Forbes Nash ha inspirado una biografía y película de extraordinario éxito: “Una mente maravillosa” (“A beautiful mind”).
A los veintinueve años se le diagnosticó una esquizofrenia paranoica que lo dejó prácticamente marginado de la sociedad e inútil para el trabajo científico durante dos décadas.Comenzó a tener delirios de grandeza y aducía que las cifras más importantes del mundo habían ido a buscarlo. Después de pasar unos 30 años luchando contra el desorden y “perdiendo tiempo” entrando y saliendo de los hospitales, tuvo una importante recuperación en el decenio de 1980.https://www.youtube.com/watch?v=nzW0kxKwjCw
4-Vincent Willem van Gogh
(1853 -1890)
Pintor neerlandés y figura destacada del Postimpresionismo. Pintó 900 cuadros (27 de ellos autorretratos) y 1.600 dibujos, además de 800 cartas, 650 de ellas a su hermano menor Theo Van Gogh.
Pinturas, como “La noche estrellada” son rápidamente reconocibles por su singular pincelada y de expresión. Sin embargo, no fue hasta después de su muerte que Van Gogh ganó popularidad. Ahora es considerado como uno de los más grandes pintores de la historia.
Recibió los mismos nombres -Vincent Willem- que se impusieran a un hermano que nació muerto justo un año antes que él, el mismo día 30 de marzo; como si fuera un presagio de su original y atormentada existencia. El primer paisaje que vio seguramente fue el de la tumba de su hermano, ya muerto.
Van Gogh tuvo una tortuosa vida.
Es conocido por casi todo el mundo que el pintor se cortó parte de su oreja. También, supuestamente, fue un bebedor compulsivo e incluso trató de comer pintura. Se suicidó en 1890. Algunos autores de libros biográficos sobre Van Gogh, así como especialistas en psiquiatría aseguran que el pintor sufría un trastorno bipolar. Otros piensan que sufría de esquizofrenia .
También se ha llegado a analizar la pintura de Van Gogh y su arte en relación a su enfermedad mental. Por ejemplo, señalan que las típicas pautas estacionales de la psicosis y estados de ánimo de Van Gogh van relacionadas con su productividad pictórica, que también variaba según la temporada.
3-Edgar Allan Poe
(1809 – 1849)
Escritor, poeta, crítico y periodista romántico estadounidense, generalmente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto, del cual fue uno de los primeros practicantes en su país. Fue renovador de la novela gótica, recordado especialmente por sus cuentos de terror. Considerado el inventor del relato detectivesco, contribuyó asimismo con varias obras al género emergente de la ciencia-ficción. Por otra parte, fue el primer escritor estadounidense que intentó hacer de la escritura su modus vivendi, lo que tuvo para él consecuencias desastrosas.
Más conocido por su poema “El Cuervo”, Edgar Allan Poe escribió historias de horror compulsivas e historias de detectives. Puso gran énfasis en la forma y la estructura en sus cortas y tensas historias. Su cuento “Los asesinatos en la Calle Morgue”, publicado en 1841, a menudo se denomina la primera historia moderna de detectives.
A pesar de su habilidad como escritor, es bien sabido que Poe tenía un problema con el alcohol, y sus cartas revelaron que luchó contra pensamientos suicidas. Las causas y circunstancias en torno a su muerte a los 40 años de edad se desconocen, pero quizás tienen que ver con una insuficiencia cardiaca, muy probablemente, debida a su adicción a la bebida.
Edgar Allan Poe pudo llegar a haber visto una relación entre creatividad y enfermedad mental en sí mismo, en cierta ocasión escribió:
“Los hombres me han llamado loco; pero aún no está determinada la cuestión de si la locura es o no la más excelsa inteligencia, si mucho de lo que es gloria, si todo aquello que es profundo, no brota de la enfermedad del pensamiento, de modos de pensar exaltados respecto del intelecto general. Aquellos que sueñan de día son conocedores de muchas cosas que se les escapan a los que únicamente sueñan de noche.”
2-Ludwig van Beethoven
(1770 – 1827)
Compositor y pianista alemán. Su legado musical se extendió, cronológicamente, desde el período clásico hasta inicios del romanticismo musical.
Las contribuciones de Beethoven a la música fueron monumentales. Sin embargo, el famoso compositor tuvo una vida muy dura. Hijo de un abusivo y alcohólico padre, Beethoven fue responsable del bienestar de su familia desde los 18 años. Uno de los aspectos más trágicos de su vida fue su sordera, que se produjo a partir de los 30 años, como resultado (muy posiblemente) de las palizas recibidas por parte de su padre. Sorprendentemente, fue capaz de componer algunos de sus más apreciados y valiosos trabajos después de perder el oído.
Su lucha interna está documentada en cartas a sus hermanos donde hablaba de su coqueteo con el suicidio. Varios autores han escrito que Beethoven, muy probablemente, sufrió un trastorno bipolar.
Exámenes y pruebas de Beethoven a través de su cabello han revelado recientemente un alto contenido de plomo. Esto podría haber provocado no sólo su enfermedad mental, sino también las enfermedades digestivas de la cuales se quejó a menudo.
1-Sir Isaac Newton
(1643 – 1727)
Científico, físico, filósofo, inventor, alquimista y matemático inglés, autor de los Philosophiae naturalis principia mathematica, más conocidos como los Principia, donde describió la ley de gravitación universal y estableció las bases de la Mecánica Clásica mediante las leyes que llevan su nombre. Entre sus otros descubrimientos científicos destacan los trabajos sobre la naturaleza de la luz y la óptica (que se presentan principalmente en el Opticks) y el desarrollo del cálculo matemático.
Con numerosas y trascendentales contribuciones a la física y la mecánica, Sir Isaac Newton es universalmente conocido como un brillante pensador. De hecho, una encuesta realizada entre expertos indicó que Newton poseía más influencia que Einstein. Algunos de sus notables contribuciones incluyen la invención de cálculo, explicando “la gravitación universal,” el desarrollo de leyes del movimiento y la construcción del primer telescopio de reflexión.
A pesar de sus muchos logros, Newton sufría de tendencias psicóticas y cambios de humor y también se le atribuye que sufría de trastorno bipolar. Además, sus cartas delirantes dan credibilidad a la teoría de que era esquizofrénico. El padre de Newton murió antes de que él naciera y entre las edades de 2 a 11 años fue separado de su madre. Su trastorno mental podría haber sido como resultado de esta prolongada experiencia traumática en su infancia.Genios incomprendidos
«Nuestra profesión nos hace formar parte del tejido social de muchas personas con discapacidad, y debemos actuar como su voz»
Alicia López Ortega – Trabajadora Social vocacional «Incomprendidos», así es como se bautizan muchas de las personas con discapacidad. Esta sensación de falta de entendimiento no se debe a la discapacidad que cargan como mochila, sino a nuestra sociedad, está confiada población destinada a poner parches que no curan heridas. Las personas con diversidad funcional siguen sufriendo los descuidos de todos.
Trabajo con personas con capacidades diferentes dentro de una asociación (Metasport CLM), la cual me ha permitido conocer esta realidad más de cerca. Cada persona vivimos sumergidos en nuestra burbuja, por desgracia para unos más compleja que para otros. Apreciamos y valoramos los instantes y los detalles cuando nos adentramos en un contexto ajeno.
¿La sociedad contribuye correctamente en la inclusión de las personas con discapacidad?, ¿colegios especiales para personas con discapacidad y colegios ordinarios?, ¿Con estas actuaciones, no tendemos a agrupar y condicionar el concepto de discapacidad a la sociedad en general?, ¿Y si todos estuviésemos en el mismo espacio?, muchas veces caigo inversa en esta misma cuestión.
El problema no es solo de las administraciones públicas. Se trata de algo más sencillo que está al alcance del conjunto. La educación es una potente herramienta para rescatar valores escondidos en nuestra burbuja, valores humanos que evidencien y muestren a niños y jóvenes que su presente y futuro sea mejor.
Se podría decir, que muchas personas cuentan con un máster en adaptación al medio. Puesto que la sociedad no mima detalles que harían fácil lo que hoy es complicado para muchos. De entre otros, nosotros, las personas físicas, empresas privadas, autónomos, etc. creamos entornos públicos repletos de barreras para las personas con discapacidad, tenemos que ser detallistas; utilizar herramientas de trabajo, fabricación, etc, generales para todos, porque es así señores, ya que tendemos a mirar solo nuestro ombligo, una adaptación para una persona con discapacidad, no solo soluciona la vida a esa persona que no puede acceder a un espacio porque la silla no cabe, no ir al cine porque no pueden pasar, etc, sino que nos facilita la vida a todos.
Dentro de la educación está el lenguaje verbal, hay palabras que hacen chirriar mis oídos a menudo, entre otras la forma de identificar a las personas que no tienen discapacidad como “Normal”, ¿Qué es normal?, para ti, seguramente normal sea algo diferente a lo que yo concibo como tal, y a su vez diferente a lo que piensa tu amigo, tu vecino, etc,. Pero si lo piensas detenidamente, lo normal, es la imperfección.
Genios, así les llamo yo, personas que llevan sobre sí un golpe duro en su vida arrastrándolo consigo hasta el final del camino, que luchan a diario contra etiquetas, actitudes, barreras, sobreprotecciones que hacen flacos favores, pesadumbres, infravaloraciones, etc. Combaten en una batalla constante que muchas veces desgasta, pero a pesar de todo esto, conocen sus limitaciones, y son capaces como ser humano de adaptarse y vivir plenamente.
El desconocimiento y la falta de sensibilización social es lo que más daño les hace. Todos somos capaces de alcanzar nuestros sueños, las personas con discapacidad al igual que el resto, necesita un empujón para cumplirlo. La función del Trabajador Social como mediador y maestro es vital para producir este cambio social, orientamos y hacemos ver, lo importante que es la implicación de todos para crear una verdadera sociedad de inclusión e integración social.
Nuestra profesión nos hace formar parte del tejido social de muchas personas con discapacidad, y debemos actuar como su voz, para luchar y conseguir cumplir esos derechos humanos.
Malos estudiantes, grandes genios
Triunfar en el colegio de niños no es garantía de éxito profesional de adultos. Pero ser un mal estudiante tampoco es una condena de por vida. Más de un genio consagrado fue un auténtico desastre en la escuela. Siempre hay esperanza
El veredicto del profesor suena inapelable. “Su rendimiento, sus resultados, son insatisfactorios. No asimila bien. Las notas donde apunta sus experimentos están rasgadas y confusas. A menudo se encuentra perdido, porque no escucha. Insiste en hacer las cosas a su manera. Me ha llegado la noticia de que quiere ser científico. En las circunstancias actuales, me parece algo ridículo. Si no puede ni siquiera aprender las bases de la biología, no tiene posibilidades de desempeñar el trabajo de un especialista. Sería una pura pérdida de tiempo no sólo para él, sino también para los que deberán enseñarle”.
El alumno en cuestión es John Gurdon. Medio siglo después de este juicio demoledor, en el 2012, a sus 64 primaveras, Gurdon se ha tomado su revancha al ganar el premio Nobel de Medicina. Sus pobres resultados en la Eton School, donde los académicos todavía se acuerdan de que sacó en una prueba una miserable puntuación de 2 sobre 50, no le impidieron llegar a lo más alto en su carrera profesional.
Genios que en el colegio fueron malos estudiantes: es más común de lo que se piensa y abarca todas las disciplinas. Por ejemplo, el profesor de Albert Einstein escribió: “Este chico no llegará nunca a ningún sitio”. Tampoco es que fuera un desastre (se ha exagerado mucho este aspecto), pero es cierto que sus maestros encontraban al joven Einstein lento y se quejaban de que reflexionaba demasiado antes de contestar a una pregunta. No conseguía aprender nada de memoria. No entendía las reglas y las órdenes. Rechazaba practicar deporte y esto lo llevó a aislarse. A los 16 años fue rechazado en una primera prueba de acceso a la Escuela Politécnica de Zurich por sus malos resultados en letras. Pese a ser excelente en matemáticas y física, era flojo en francés (se acababa de mudar a Suiza y no conocía el país), geografía y dibujo. Años después, el padre de la teoría de la relatividad dejó para la posteridad una de sus célebres frases sobre el tema: “La educación es lo que queda después de que uno ha olvidado lo que aprendió en la escuela”.
Otro físico de renombre, el estudioso de los agujeros negros Stephen Hawking, recuerda sus años de la universidad como un periodo de “aburrimiento y con la sensación de que no mereciera la pena esforzarse”. Hawking estudiaba menos de una hora al día. Confesó haber aprendido a leer sólo a la edad de ocho años. Aunque claro, su inteligencia estaba fuera de discusión. Su tutor de física, Robert Berman, contó posteriormente en The New York Times Magazine: “Sólo le bastaba saber que se podía hacer algo. Y él era capaz de hacerlo sin mirar cómo los demás lo hacían. Por supuesto, su menteera completamente diferente de las de sus coetáneos”. Su enfermedad, relacionada con la esclerosis lateral amiotrófica que le golpeó a los 21 años, le despertó: “Sólo entonces entendí que moriría pronto y que había que activarse”, declaró Hawking.
Estos casos tuvieron un final feliz. Pero hubo en la historia otro matemático que no tuvo la misma suerte. Évariste Galois, considerado el padre de la álgebra moderna, fue rechazado dos veces por la École Polytechnique de París por su manifiesta incapacidad de superar los exámenes de acceso y por su sistemática rebelión a las reglas y al sistema. Murió en un duelo a los 20 años.
Tener un hijo con grandes capacidades pero poco apto para las aulas puede llegar a convertirse en una pesadilla para los padres. Charles Darwin era, según sus maestros, “un chico que se encuentra por debajo de los estándares comunes de la inteligencia. Es una desgracia para su familia”. Al parecer, su padre compartía el diagnóstico. Consideraba que era vago y soñador: “Mi hijo no piensa en otra cosa que en la caza y en los perros”.
Otro padre con quebraderos de cabeza fue el de Winston Churchill. Tuvo que admitir: “El trabajo escolar de mi hijo es un insulto a la inteligencia” (años después el canciller británico afirmó: “Siempre me ha encantado aprender. Lo que no me gusta es que me enseñen”). Según su maestro de primaria, “Winston es un elemento que molesta constantemente, siempre está a punto de meterse en líos”. En cuanto a la madre de Thomas Edison, llegó a perder la paciencia con su hijo. Al cabo de tres años, tuvo que quitarle del colegio por desesperación, para educarle en casa. Era “un chico confuso, inestable y embrollón”, según su profesor. El inventor de la bombilla incandescente empezó a vender dulces y periódicos en los trenes y así desarrolló, con los años, su genio creativo.
La figura del genio matemático superdotado pero incomprendido es un clásico de la mitología popular. Pero esta divergencia entre rendimiento escolar y éxito profesional se ha manifestado también en otras ramas, como las artísticas. Piensen, por ejemplo, que Giuseppe Verdi no fue admitido en la Escuela Superior de Música de Milán, el Conservatorio. La razón: haber superado los límites de edad y ¡adoptar una postura incorrecta de las manos sobre el piano! En la pintura, más de lo mismo. Picasso (mientras que los otros alumnos seguían la clase del maestro, él dibujaba incansablemente palomas y corridas en sus cuadernos), Debussy (faltas de ortografía recurrentes) y Leonardo (emprendía investigaciones en dominios diferentes y, una vez comenzadas, las abandonaba) nunca destacaron en sus estudios. Por no hablar del arte de escribir: Unamuno suspendió la asignatura de literatura. Marguerite Yourcenar nunca pasó por la escuela y Balzac fue un auténtico desastre: indisciplinado, distraído…
¿Son cosas del pasado? En realidad, la divergencia entre las pobres notas sacadas en la etapa del cole y la posterior y exitosa carrera sigue produciéndose hoy en día. Incluso dos genios de la sociedad moderna, como Craig Venter, el padre del genoma humano, o Larry Ellison, el fundador de Oracle, también dejaron un mal recuerdo en su paso por las aulas. El primero estaba más interesado en la vela y el windsurf. Sus notas eran muy insuficientes. El segundo era un estudiante poco atento. Dejó la universidad ya al segundo año, también debido a problemas familiares. Ahora es considerado el quinto hombre más rico del planeta.
¿Y Bill Gates? ¡Al fundador de Microsoft tuvieron que pagarle para estudiar! “Para estimularnos, mis padres nos daban a mi hermana y a mí 25 dólares por cada sobresaliente que sacábamos. Mi hermana cobraba más porque siempre fui mal estudiante”, cuentan en su biografía.
¿Cómo es posible que los centros de enseñanza y los profesores no supieron darse cuenta de que tenían delante a genios? Paul Arden, publicista autor del libro Usted puede ser lo bueno que quiera ser(Phaidon), escribe que el criterio de enseñanza no puede en ningún caso ser un criterio fiable: “En la escuela se aprende sólo el pasado, los hechos conocidos. Cuanto más hechos se recuerdan, mejores son las notas. Los que fracasan en la escuela no están interesados en el pasado, tal vez porque piensan en clave de futuro. O simplemente no tienen buena memoria. Pero esto no significa que no puedan tener éxito”. “Siempre hay que recordar que los grandes números dicen todo lo contrario: a la gente a la que le ha ido bien en la escuela, le fue bien en la vida. Pero es cierto que hay niños que pueden chocar fácilmente con sistemas rígidos y torpes”, reconoce Mariano Enguita, autor del estudio de la Obra Social de La Caixa Fracaso y abandono escolar en España, y catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca.
Dicen los psicólogos que estamos predispuestos, por la naturaleza, a recuperar nuestra autoestima después de un fracaso. Y, a veces, para ciertas personas es más fácil conseguirlo siguiendo caminos alternativos al estudio, tal vez porque los creativos, por definición, se rebelan a las reglas. Según Alicia López, fundadora y directora del Centro de Psicología López de Fez, en Valencia (Centropsicologiainfantil.es), “es muy posible que la rigidez del sistema educativo les haya impulsado a estimular su creatividad ante la necesidad de encontrar su propio camino, un camino en el que poder dar rienda suelta a su talento”. Así que siempre hay esperanzas. Tal como escribe Jean-Bernard Pouy, coautor del libro Enciclopedia de malos alumnos y rebeldes que llegaron a genios (Catapulta), “una infancia problemática, una educación fallida, una vocación forzada o desviada a menudo pueden llevar a la iluminación”.
En todo caso, parece evidente que los profesores, en muchos casos, no supieron detectar o entender las potencialidades de estos alumnos geniales. El escritor francés Daniel Pennac fue durante años un maestro y contó sus experiencias en un libro (Mal de escuela, Mondadori). Él cree que los que enseñan deberían, antes que nada, mantener la mente abierta y abandonar los prejuicios. Porque incluso la persona que aparentemente es un mal estudiante puede esconder grandes virtudes y capacidades. “Todo el tiempo que trabajé como profesor de alumnos de bachillerato, nunca me topé con ningún muchacho idiota. Los hay más vivos, más atrevidos, más rápidos, sí. Pero no hay que olvidar que la escuela es el lugar donde se entrechocan el conocimiento y la ignorancia. Enseñar siempre es algo violento”.
“Todas las personas tienen una dosis de talento, pero no todas tienen fuerza de voluntad y ganas de trabajar para desarrollarlo, aún siendo motivadas. Las personas con talento pueden ser también personas perezosas”, matiza Alicia López. De ahí la pregunta clave: ¿ir al colegio puede ayudar a vencer esta pereza o, en cambio, estos ejemplos demuestran que, por muy buena intención que se ponga, estamos ante una batalla perdida? Mariano Enguita reconoce que, a diferencia del pasado, “ahora con las redes sociales todo el mundo tiene oportunidades para formarse incluso fuera de las aulas. Hay muchas herramientas disponibles. Y sí, digamos que sí, hay personas que aparentemente no necesitan la escuela”. Piergiorgio Odifreddi, matemático, divulgador y autor de varios libros, también cree que en ciertas circunstancias las aulas no sirven o, en todo caso, sirven poco. “La escuela siempre es necesaria, salvo en los casos en los que hace más daño que otra cosa. Sus puertas deben permanecer abiertas a todos, salvo a los que están en grado de desarrollar un pensamiento independiente y de mirar al mundo con una mirada poco convencional. Intentar atar una persona con estas características en el esquema del saber común puede frustrarle, y cortarle las alas al impedirle desarrollar sus potencialidades”.
Sin embargo, la escuela todavía puede desempeñar un papel esencial, también para los que tengan a un genio escondido en la lámpara. “Incluso las personas creativas necesitan una cierta disciplina. Debe ser una disciplina sobre todo interna, pero que puede también imponerse desde lo externo. En este sentido, la escuela puede enseñar a tener capacidad de autocontrol y de trabajo que serán útiles para desarrollar el propio talento”, subraya Enguita, que, en todo caso, recuerda que sentarse en un banco en un aula no tiene por qué ser incompatible con cultivar la propia genialidad. “No hay que olvidar que el año escolar, por lo menos en España, es de 175 días al año. Los que, por alguna razón, no se encuentran cómodos o a gusto en el colegio, disponen de mucho tiempo para desarrollar intereses, pasiones y el talento que uno posee. ¡Más de la mitad de las horas del año, son suyas! No es por acudir a la escuela que una persona con capacidades o talentos especiales va a acabar apretado de la yugular. Por todo eso, es absurdo pensar que si te va mal en la escuela necesariamente te vas a convertir en nada en la vida”.
Así que genios y maestros pueden convivir de una manera provechosa si cada uno pone algo de su parte. Por un lado, los estudiantes pueden aprovechar el marco que ofrece el programa de la enseñanza para no desperdiciar y dispersar sus dotes. Pero ¿qué tiene que hacer la escuela para mejorar? “Lo deseable sería adaptar los criterios de enseñanza al estudiante. La práctica demuestra que en grupos reducidos de alumnos, con atención individualizada, estos aprenden más y están más motivados. Esto requiere recursos y profesionales motivados y formados en altas capacidades. El sistema escolar debería contemplar, además de la adquisición de conocimientos académicos, la educación emocional de los alumnos y el desarrollo de sus habilidades sociales (enseñándoles a ser asertivos) para fortalecer su voluntad e introducir hábitos de esfuerzo, autodisciplina y automotivación”, dice López.
Ahora bien, todo dependerá también de la idea de éxito que cada uno tenga y de la capacidad de sobreponerse a los suspensos. Pennac lo sabe bien. “Yo repetí curso. Y, queridos chicos, os aseguro que en la vida hay cosas mucho peores”. Genial.
A Los Inteligentes Nadie Los Entiende
Lo sé, suena a queja pendeja de primer mundo, eso de que a los inteligentes nadie los entiende, pero es en serio, y últimamente ser inteligente, es sinónimo de ser paria, ser un rarísimo y persona non grata en cualquier lugar.Pero, ¿por qué la inteligencia nos separa y nos divide del resto?, ¿por qué?, seguramente Lisa Simpson tiene razón y las personas inteligentes, además de que no somos felices, las formas en las que pensamos nos alejan de los demás, o tal vez los demás se alejan de nosotros por esas formas de pensar.
Alguna vez te has sentido un genio incomprendido, ya sabes, de esos que están muy adelantados a su tiempo y sociedad, de esas veces, que, desde chiquito te sientes fuera de lugar, alienado, extraño, confuso y por más que intentes, por más que te esfuerces, no más no logras entender a los demás y los demás no te entienden a ti, pues si es así, debo darte la bienvenida a club de los raros, al club de los inteligentes, al club de los genios incomprendidos que pensamos diferente y mientras una persona normal ve algo en específico, tú y yo, vemos muchas cosas, en serio, muchas cosas más.
Ahora, este no es un post para jactarnos de lo inteligentes que somos y burlarnos del resto de las formas primitivas de pensamiento, noooo, no es la idea, sino más bien entender que los demás nunca nos van entender, porque pensamos diferente, porque la forma en la que nuestro cerebro hila las ideas y visualiza al mundo, es totalmente extraña a como una persona “normal” ve el mundo o piensa.
Lo sé, decir normal, anormal, y extraordinario, abre la puerta a otro debate, pero en este caso sin darle rollos, están las personas normales, y las personas que no lo son, y en ese gran rango, entran todas las personas que piensan fuera de la media.
Y extrañamente ser inteligente, te hace muy diferente y abre una gran brecha entre tú y los demás, lo sé por experiencia y toda la vida, toda, me he sentido yo en mi mundo aparte, mirando al resto, a los demás, en su propio mundo, sin comprenderme, sin entenderme; porque la forma en la que mi mente, mis ideas y mi cerebro funciona es opuesta, no necesariamente mala, sino simplemente opuesta.
Siempre pensé que ser diferente era malo, muy malo, y si bien nunca hice muchos intentos por encajar, porque en mi mente, me parecía absurdo hacer esas cosas, si intenté relacionarme con los demás, pero cada que abría la boca, cada que exponía al mundo, las formas en las que yo pensaba eran las cosas, resultaban siempre ridículas y locas.
Pero, ¿cómo puede ser que el mundo no entienda lo que digo?, ¿acaso hablo otro idioma?, ¿Por qué no comprenden una idea tan simple de entenderse?
Hoy sé cuál es la razón, y es que pienso muy diferente; la forma en la que veo al mundo, lo deduzco y lo analizo, es muy diferente a lo que los demás entienden por mundo.
Eso es lo que hace que los demás no nos entiendan, y está muy relacionado con nuestra inteligencia, con un número en específico y es tu IQ, aunque bueno, ahora los expertos aseguran que tipos de inteligencias, hay muchas, pero la que más nos divide y nos separa, es la inteligencia intelectual, valga la redundancia.
Es esto lo que nos hace diferentes, el coeficiente intelectual que es nuestra capacidad para pensar y razonar.Un simple número, que nos mide y nos categoriza, pero al mismo tiempo nos hace completamente diferentes y establece lo que es normal y lo que es anormal.
Lo supe desde que era muy pequeña, soy anormal, en ese tiempo me daba tristeza, no ser como los demás, pero al mismo tiempo podía comprender esas diferencias y no sentirme tan mal por ello.
Siempre supe que era diferente, que era rara, pero nunca me consideré intelectual o genio, a pesar de que las personas solían decirlo, conforme mis habilidades se desarrollaban; yo lo único que sabía, para fines prácticos, que es lo que importa, y es que la forma en la que pienso es tan diferente, que resulta a veces, difícil de comprenderme, incluso mucho tiempo me sentí tonta.
Hasta que descubrí que era lo opuesto, y con un alto Coeficiente Intelectual de 142, supe por fin, que no era nada tonta, y, de hecho, Wikipedia me describe en la genialidad intelectual.
¿Acaso eso es cierto?, y a los inteligentes no nos entienden porque dentro de nosotros hay tanta genialidad que es difícil comprenderla, ¿acaso es eso?
Bien, técnicamente sí, soy un genio, además obvio del genio que me cargo hablando de carácter, y técnicamente debido a mi IQ entro en la categoría de genio, una persona en lo más alto del rango intelectual, que entra en el estigmatizado campo de científicos locos y genios socialmente incomprendidos y esto tiene que ver o tiene una gran relación, pongan atención amigos, y es que, entre más inteligente seas, surge una forma muy radical de pensamiento, que te separara del resto y al mismo tiempo incrementará los espacios entre tú y el mundo; además, también aseguran que entre más listo seas, más problemas del tipo psicológicos desarrollarás.
Ahora, entiendo el porque la gente me considera loca, y es por mi forma de pensar, que es muy diferente al resto; lo que no entiendo es porque una forma de pensar diferente, debería verse como loca, en verdad no lo entiendo, simplemente es una forma de pensar distinta, solo eso.
Ya lo dijo Ralph Waldo Emerson, el destino del genio es ser un incomprendido…
Pero porque esa genialidad nos hace diferentes e incomprendidos, porque ser inteligente te aleja de los demás, ¿por qué?, tal vez la respuesta radica en esa forma radical de pensar, que es propia de una alta inteligencia.
La buena noticia, o más bien, la prueba contundente, es que mis habilidades creativas y artísticas filosóficas, no son un don, no es un talento innato, no es algo casual, sino algo bueno que surgió a partir de mi inteligencia; por lo menos, algo bueno surgió de esa loca genialidad intelectual.
Lo único que espero, es que no me pase como Van Gogh y muchos otros genios incomprendidos.
- Kanye West: Lo ames o lo odies, no puedes negar la tremenda influencia que su música y creaciones tienen en la cultura pop. Pero… ¿Sabías que en sus inicios sus allegados no lo creían lo suficientemente bueno como para rapear? Así es, al principio los raperos a los que les producía no lo dejaban grabar versos porque decían que no era lo suficientemente bueno. ¿Quién ríe ahora?
- Galileo: Cuando a este gran científico se le ocurrió sugerir que la tierra gira alrededor del sol y no a la inversa, toda la comunidad científica lo tachó de loco. Tan mal se pusieron las cosas, que la inquisición lo sometió a juicio por sus “alocadas” teorías y terminó viviendo bajo arresto domiciliario hasta su muerte.
- Franz Kafka: Uno de los genios literarios más grande de todos los tiempos murió antes de que muchas de sus obras fueran siquiera publicadas. En vida, este hombre nunca logró el elogio y reconocimiento por el cual hablamos de él en nuestros tiempos. Sin embargo, sus aportaciones a la literatura son indiscutibles.
- Nikola Tesla: Este hombre ha sido uno de los más adelantados a su tiempo en toda la historia. No solo era un prolífico inventor, sino que sus ideas estaban tan avanzadas que a inicios del siglo XX ya había inventado las bases para lo que hoy conocemos como las redes para celulares. Aunque -de alguna forma- inventó el control remoto, los rayos X y muchas otras tecnologías que aún se utilizan, nunca obtuvo el reconocimiento justo por su trabajo en vida.