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Además de las enseñanzas sagradas sobre la naturaleza de la vida y los dones de los 4 puntos cardinales, el Árbol Sagrado nos ofrece un código ético, que nos puede ayudar a encontrar la felicidad y el bienestar si vivimos de acuerdo a ellas. En ese código ético se describe lo que significa la sabiduría en la relación entre los individuos, en la vida familiar y en la vida de la comunidad. Estas son las joyas partes por aquellos que recorren el camino sagrado. Representan el camino sagrado que nos conduce en nuestro recorrido de la rueda sagrada, por las cuestas de la gran montaña y al lago sagrado. A continuación presentamos una síntesis de algunas de las enseñanzas más importantes, compartidas por todas las tribus.
Cada mañana al despertar y cada noche antes de ir a dormir, dar gracias por la vida que fluye dentro de ti, por todas las manifestaciones de la vida, por todo lo bueno que el creador te ha dado y les ha dado a los demás, y por la oportunidad de crecer cada día un poco más. Debes dar gracias por los pensamientos y las acciones del día anterior, y por la decisión de perfeccionarte y la fuerza que te lleva a esforzarte por conseguirlo. Debes pedir que sucedan cosas que beneficien a todos.
El respeto Respetar significa sentir admiración o tenerle estimación a alguien o a algo; tomar en cuenta su bienestar o tratarlo con deferencia y cortesía. Mostrar respeto es una ley fundamental de la vida.
Tratar siempre con respeto a todos, desde el niño más pequeño a la persona más anciana.
Tratar con un respeto especial a los mayores, a nuestros padres, a los maestros y a los dirigentes de la comunidad.
No rebajar a nadie, evitar herir a otros corazones así como evitarías un veneno mortífero.
No tocar nada que pertenezca a otra persona(especialmente los objetos sagrados) sin que te hayan dado permiso o por un acuerdo entre los dos.
Hablar en voz baja, sobre todo en presencia de los mayores, los desconocidos y otras personas que merecen especial respeto.
No interrumpir jamás a otras personas cuando están hablando.
Respetar la intimidad de todos. No interrumpir a nadie cuando esté en el silencio o cuando se haya aislado en su espacio personal.
No cruzar entre 2 personas que están conversando.
No hablar en las reuniones donde están presentes los mayores, a menos que te inviten a hacerlo(excepto para preguntar qué es lo que se espera de ti, si no lo tienes claro).
No hablar nunca mal de nadie, ya sea delante de la persona o cuando no esté presente.
Tratar a la tierra, en todos sus aspectos, como a tu madre. Mostrar un profundo respeto por el mundo mineral, el mundo vegetal y el mundo animal. No hacer nada que contamine al aire o al suelo. Si otros pretenden destruir a nuestra madre, erguirse con sabiduría para defenderla.
Mostrar un profundo respeto por las creencias y las religiones de los demás.
Escuchar con cortesía a los demás, incluso si sientes que lo que dicen no tiene valor.
Escuchar con el corazón.
Respetar la sabiduría del pueblo en sus consejos o reuniones. Una vez que has aportado una idea en un consejo o una reunión, ella ya no te pertenece. Pertenece al pueblo. El respeto exige que escuches con cuidado las ideas de los otros miembros del consejo y que no insistas en que tu idea es la mejor. Debes apoyar con mucha libertad las ideas de los demás si son verdaderas y buenas, inclusive si son muy diferentes de las que tú has aportado. El choque entre las ideas enciende el chispazo de la verdad.
Una vez que el Consejo ha decidido algo de común acuerdo, el respeto exige que nadie hable en secreto en contra de lo decidido.
Si el Consejo ha cometido un error, ese error quedará claro ante todos con el paso del tiempo.
Actuar con honestidad en todo momento y en toda circunstancia.
Tratar siempre a tus huéspedes con respeto y consideración. Darles la mejor comida, las mejores frazadas y la mejor habitación, y atenderlos de la mejor manera posible.
Lo que daña a uno daña a todos; el reconocimiento recibido por uno es de todos.
Recibirás a los desconocidos y forasteros con una actitud afectuosa, como miembros de la familia humana.
Todas las razas y tribus del mundo son como flores de distintos colores que florecen en la misma pradera. Todas son hermosas. Por ser hijos del creador, todos merecen respeto.
Servir a los demás, o ser útil a la familia, la comunidad, la nación o el mundo, es uno de los propósitos principales por los cuales han sido creados los seres humanos. No te preocupes de tus propios asuntos ni olvides tu tarea más importante. Quienes consagran su vida al servicio de los demás son los únicos que conocen la verdadera felicidad.
Actuar con moderación y respetar el equilibrio en todas las cosas.
Saber qué contribuye a tu bienestar y qué te conduce a la destrucción.
Prestar atención a los consejos que te dan y seguirlos desde el corazón. Estar abierto a recibir consejos que te lleguen de muchas maneras: en la oración, en los sueños, cuando estás solo y en silencio, y a través de las palabras y actos de los mayores y de los amigos sabios.
El Árbol Sagrado.
Al sinnúmero de clanes, tribus y naciones de pueblos indígenas a lo ancho de la Madre Tierra, cuyas visiones, sueños, oraciones, canciones, sabiduría, experiencias y gentiles consejos constituyen el sustento y la realidad viviente del árbol sagrado.
Valores:
Amor.
Preocupación por los demás.
Generosidad.
Paciencia.
Sabiduría.
Equidad.
Coraje.
Justicia.
Respeto.
Humildad.
Los mayores nos enseñaron que la vida del Árbol es la vida del pueblo. Si el pueblo se aparta mucho de la seguridad del árbol, si olvida comer sus frutos, o si vuelve contra el árbol y lo trata de destruir, una gran tristeza caerá sobre él. Muchos se afligirán. La gente perderá su poder. Dejará de soñar y de tener visiones. Empezará a discutir por trivialidades. Ya no se sabrán decir la verdad ni ser honestos los unos con los otros. Olvidarán cómo vivir en su propia tierra. Sus vidas se llenarán de ira y tristeza. Poco a poco se envenarán a sí mismos y a todo lo que tocan.
Los que nos precedieron dijeron que estas cosas sucederían, pero también dijeron que el árbol no moriría jamás. Y mientras vive el árbol, vivirá el pueblo. Dijeron que llegará un día en que el pueblo despertará de nuevo, como de un largo sueño producido por una droga; empezará de nuevo a buscar al Árbol Sagrado. Al principio su búsqueda será temerosa, pero poco a poco entenderán cuán importante es.
El lugar del Árbol y sus frutos se ha cuidado y preservado con esmero en las mentes y los corazones sabios de los ancianos y los mayores. Estos individuos humildes y amorosos guiarán a cualquiera que busque honesta y sinceramente el camino que conduce a la sombra protectora y los frutos del Árbol Sagrado.